martes, 31 de mayo de 2011


La 
EL CULTIVO DE LA CACHAMA, MANEJO Y
PRODUCCION, Prof. Manuel Useche. Programa de Piscicultura UNET.
 
La cachama es un pez ampliamente distribuido en toda la cuenca amazónica y orinocense. Es bien conocida en Colombia, Brasil, Perú y Venezuela, además, se ha  introducido a otros países como Panamá, Guatemala, Costa  Rica, Honduras y hasta en el continente asiático. En Venezuela, ha representado durante muchos años un excelente, abundante y apetecido producto de la pesca fluvial, principalmente en los ríos Guanare, Portuguesa, Apure y los afluentes del Orinoco, ofertándose abundantemente en los mercados locales y en  importantes ciudades del país.
Las especies de cachama encontradas en el país son:  la cachama negra o cherna (Colossoma macropomum)    y la cachama blanca o        morocoto, (Piaractus        brachypomus). En la pesca natural,
 se han capturado ejemplares de hasta 45 Kgrs.   
 
La cachama es un pez de comportamiento migratorio (reofílico) desplazándose kilómetros aguas arriba, en la época de verano en procura de mejores  condiciones  para  su
sobrevivencia, a la vez que se prepara para su reproducción, la cual se cumple cíclicamente cada año en invierno, cuando baja con la crecida de los ríos dejando sus huevos fertilizados en la margen de estos y en zonas recién inundadas, donde crecerán los alevines que permitirán mantener las poblaciones naturales.
Sin embargo graves problemas han surgido en los últimos diez años, los crecimientos urbanísticos, la tala y quema al margen de nuestras cuencas, el uso de insecticidas y venenos empleados en la agricultura, sumado a una pesca indiscriminada, incontrolada y devastadora, ha mermado considerable y alarmantemente las poblaciones naturales de estas y otras especies ícticas.  La demanda de tales peces es cada vez mayor, por la bondad y calidad de su carne, especialmente en las poblaciones de la región amazónica y otras regiones tropicales de Suramérica.
Los alevines de estos peces, hasta hace muy poco, eran capturados en los ríos, esteros, tributarios y áreas recién inundadas de nuestros llanos ya que la reproducción era muy difícil y casi imposible en condiciones de cautiverio.  Brasil se convirtió en el país pionero, al lograr después de muchos años de labor, la reproducción artificial o inducida de la cachama, con aplicaciones de glándulas pitituaria-hipófisis, y una serie de hormonas estimulantes.
En Venezuela se comienzan los ensayos en reproducción inducida en 1977, coincidencialmente con Colombia y Perú, largos años de ensayo científico ha permitido progresos insustanciales en esta área, y nuevas instituciones han incursionado en la producción de alevines por métodos de inducción artificial, lo que ha permitido desarrollar el cultivo de la cachama en cautiverio, el cual ha crecido considerablemente en estos últimos años, logrando aumentar la oferta en  mercados locales y comerciales de cachama fresca provenientes de cultivos controlados.
  DE LA CACHAMA, MANEJO Y




LA PISCICULTURA COMO ALTERNATIVA DE PRODUCCIÓN ANIMAL EN VENEZUELA, Prof. Otto Castillo. Programa de Ciencias del Agro y del Mar,
UNELLEZ-Guanare.  E-mail: ottocastillo@catv.net
 
La piscicultura definida como el arte de cultivar peces se inició en Venezuela en el año 1937 con la importación de 100.000 huevos embrionados de la Trucha Arco Iris  (Oncorhynhus mykiis) procedentes de los Estados Unidos de América a la Estación Truchícola del Ministerio de Agricultura y Cría “La Mucuy” en el estado Mérida. También se introdujo la Trucha de Arroyo (Salmo trutta), especie que no prosperó a pesar de su mejor adaptación a los ambientes andinos. En 1940 se importaron Carpas (Cyprinus Carpio) para un desarrollo comercial en la Colonia Tovar del estado Aragua que fracasó. A partir de 1941 se inicia la producción de alevines y dedinos de Trucha Arcoíris a partir de reproductores criados en el estado Mérida.
En 1959 y procedente de la isla de Trinidad se introdujo un lote de Tilapia Negra (Oreochromis mossambicus) que fue sembrado en el Lago de Valencia y en varias lagunas costeras del estado Sucre.
A mediados de la década de los 60 y principios de los 70 se sembró gran parte de los embalses de Venezuela con algunas especies icticas, en especial de la familia de los cíclidos, resaltando entre ellos, los Pavones (Cichla orinocensis y C. temensis) y la Mojarra de Río (Caquetaia kraussii); está última especie endémica de las cuencas del Lago de Maracaibo y del río Unare, se ha expandido de forma desmesurada en todo el territorio nacional desplazando a muchas especies autóctonas de las cuencas del Orinoco y del Cuyuní, al punto de ser catalogada en la actualidad como una especie plaga para la piscicultura de aguas cálidas de Venezuela.
Entre 1974 y 1977 se inician en la Estación de Piscicultura de Guanapito del estado Guárico, las primeras investigaciones con especies autóctonas, que dieron sus frutos con la reproducción artificial y producción masiva de alevines de Cachama (Colossoma macropomum), Morocoto (Piaractus brachypomus) y Coporo (Prochilodus mariae). En 1985 en la Estación de Piscicultura de la Universidad Centrooccidental “Lisandro Alvarado” se logra la reproducción inducida del Bagre Rayado (Pseudoplatystoma fasciatum) y de otros bagres pimelódidos comerciales.
El cultivo de la Tilapia se mantuvo restringido hasta el año 1992, cuando se legalizó la introducción de este cíclido africano. El boom del cultivo de la Tilapia Roja o Pargo Rosado (Oreochromis spp.) se diseminó en muchos estados del país, pero en los últimos años ha perdido interés motivado principalmente a problemas relacionados con su complicado manejo y a la precaria calidad genética de los alevines.
A pesar de ser el cuarto país con la mayor diversidad de peces de agua dulce en el mundo (1198 especies), hasta 1996 sólo se habían detectado unas 40 especies autóctonas de agua dulce con potencial real para la piscicultura de aguas cálidas, entre las que resaltan la Palambra (Brycon amazonicus), Palometa (Mylossoma duriventre), Manamana (Potamorhina laticeps), Curito (Hoplosternum littorale), Sierra Negra (Oydoras sifontesi), Armadillo (Hypostomus watwata), Bagre Mapurite (Calophysus macropterus), Bagre Yaque (Leiarius marmoratus), Bagre Blanco Pobre (Pinirampus pirinampu), Pavona (Astronotus cf. Ocellatus), Pavones (Cichla orinocensis y Cichla temensis), y Curvina de Río (Plagioscion squamosissimus).
Como conclusión se puede señalar que este potencial íctico (especies de peces) aunado a excelentes condiciones hídricas y edáficas, le otorgan a Venezuela, factibilidad para el desarrollo de la piscicultura.

PRODUCCION, Prof. Manuel Useche. Programa de Piscicultura UNET.
E-mail: mcuseche@unet.edu.ve
 


 Cachama